Ayer escuchaba en las noticias internacionales la realidad que están viviendo los países de Europa con el COVID-19: están experimentando una segunda oleada. Son realidades que podrían tocarnos a nosotros también. Toda esta situación, junto con los cambios acelerados que enfrentamos desde marzo, han provocado incertidumbre y respuestas emocionales dignas de observar y atender.
Mi invitación es a que hagas una pausa para escuchar tu cuerpo, y en esa pausa, reflexiones sobre las siguientes preguntas:
Como coaches, aprendemos y tenemos herramientas para apoyar a los demás y estamos llamados a utilizarlas. La vida nos invita a ser solidarios, compasivos y empáticos. Recordemos también mantener prácticas de prevención, autocuido, compasión, autocompasión y protección.
La Dra. Ada Rosabal en su el webinar del pasado martes, nos compartió una técnica buenísima para el manejo de estrés, según el HeartMath Institute, nominada Congela la escena. Asimismo, puedes utilizar técnicas para proteger tu práctica de coaching del desgaste o “burnout”.
Por otro lado y siguiendo en la misma línea del autocuido, el uso de la mascarilla y el desinfectante seguirán siendo objetos tan importantes como el uso del celular. Por eso, llévalos contigo a donde quiera que vayas.
Protégete y estarás protegiendo a los tuyos y a todos.
Confío que pronto saldremos transformados de esta desafiante situación, y con mucho aprendizaje. Mientras… vivamos en el amor y dediquemos un tiempo para pensar: “¿qué nos regala este Año 2020 como reflexión?”